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Short Story Competition 2022 Best Story in Spanish Language Mark Montovio ‘El Cordon Plateado’

Pics by Johnny Bugeja

De repente, esas carcajadas jubilosas, que habían hecho retumbar con vitalidad todo el entorno, se transformaron en silencio. Sutil, y a la vez profundo, anunció la llegada de aquel a quien muchos llamaban Dios, y se dejó sentir. En cuestión de segundos, la luz más bella y cálida, una luz casi imposible de imaginar, bañaba con luminosidad incandescente a cada alma, que con gran entusiasmo esperaba tomar un cuerpo en la tierra.

—¿Cuánto queda? —preguntaba emocionado uno de ellos.

—¿Puedo ir yo primero? ¿Puedo? ¿Puedo? —rogaba otro.

Con un gesto casi imperceptible, Dios pidió que se acercaran, y ahí entendieron instantáneamente, que eran sumamente valorados y eternamente queridos.

—Escuchadme —digo Dios.

—Estáis a punto de tomar la decisión más importante de vuestra trayectoria y debéis pensároslo detalladamente. Sé que os preguntareis por qué. Sé que vais a darle muchas vueltas, e intentareis justificar el desenlace de vuestra decisión, después de haber tenido en cuenta todas las opciones, que como relámpago, pasarán por vuestros pensamientos. Debéis saber, que una vez tomada, no hay vuelta atrás. Pero os digo ya. Lo que decidáis hoy, embriagados por este gran estado de amor, quedará sellado para siempre, y es la decisión más perfecta que llegareis a tomar.

—¿Y como lo sabremos? ¿Cómo sabremos que es la decisión perfecta? —preguntaron dos inseparablemente acurrucados simultáneamente.

—Lo sabréis. —contestó Dios. —Confiad en mí.

Todas, absolutamente todas las almas presentes, bebían de esa fuente de sabiduría y amor con tanta seguridad como anticipación. Y cada palabra, cada silaba, dejaba claro que la vida de cada uno de ellos, sus vivencias, realización y felicidad, dependerían solo del amor propio, y del amor a otros, fuera cual fuera la decisión que tomaran ahora.

El silencio orquestal seguía sonando, y Dios continuó…

—Llegareis al mundo en el envase más perfecto; el útero. Durante esos meses, el útero os cuidara, os alimentará y os protegerá, aunque algunos de vosotros escogeréis uno que dificulte el viaje y correréis peligro. Para otros, ese viaje tan ansiado será interrumpido, y volveréis sin nacer. Pero os aseguro. Esa no fue una decisión equivocada, y tendrá un impacto sonado en la vida de los demás.

En el útero, podría ser el comienzo del desenlace de vínculos. Igual desde dentro, reconoceréis las voces de aquellos que tuvieron la fortuna de ser los designados como padres. Igual no. La persona que guarda el útero, puede que solo sea el vehículo de entrada al mundo, y no el destino escogido.

—¿Entonces cometimos un error al escoger? —preguntó uno de los más pequeños.

—No —contestó Dios. —Y no todos los padres guardan un útero. Esa será vuestra decisión también. Pero si el guardián del útero, no es el que finalmente os extiende los brazos, ambos lo sabréis.

—¿Y como sabremos si lo son? —preguntó el que más brillaba.

Con la mirada fijada en el infinito, Dios convocó a los ángeles más hermosos del cielo que descendieron y raudamente colmaron de esperanza a todas los ahí presentes.

—Justo en el momento que toméis la decisión final, estos ángeles lo sabrán. Sabrán quien os va a entregar su corazón. Y con un amor intenso y oficioso, volarán directos hacia la luna, donde despacito, muy despacito, empezarán a deshebrar hilos. Hilos plateados, que entrelazarán con destreza, para tejer un cordón imposible de romper, tan fuerte como el acero, pero a la vez invisible. Cada ángel fundirá una punta a vuestro corazón, y la otra al corazón de los padres que escojáis.

—¿Podéis escoger un padre, o dos —dijo Dios. —Una mujer y un hombre. Dos mujeres. Dos hombres. O solamente uno. Todo está bien, porque solo el corazón tiene valor. Como, y lo que escojáis, no tiene importancia. Lo que importa, es que esa decisión se tomó en un perpetuo estado de amor, y fue sellada por ángeles guerreros. El reto en la tierra será no olvidar, que esta decisión fue sagrada y aunque la trayectoria hasta al final sea una gran lucha, todo estará bien. Escogisteis con certeza y gran propósito. Y sí, todo estará bien, porque ese lazo nació de la aceptación, y del amor. Solo lo olvidasteis.

—¿Y si el cordón es invisible en la tierra como sabremos? ¿Cómo sabremos que rendirnos no es una opción? —preguntó el que más cerca estaba de Dios.

Dios miró fijamente a cada uno de ellos.

—Hay varias formas de saber. Cada cual utilizará el más desarrollado de sus cinco sentidos. Puede que baste con una mirada, puede que baste sentir el latido de un corazón, puede que lo sintáis en el fondo de vuestro ser. Y lo sabréis. Ambos lo sabréis. Vuestros padres entenderán en ese momento que fueron los dichosos, los escogidos, y sus ojos se inundarán de lágrimas. Lágrimas de alegría y de dolor a la vez. De la alegría y el dolor que ambos aportareis a la vida del otro.

Todos los presentes entendieron la importancia de la tarea tan transcendental que se les presentaba, y cerrando los ojos, reflexionaron.

Dios se retiró sigilosamente.

Entonces los ángeles, con esa magia, adormecedora y vigorizante a la vez, alzaron sus voces en armonía, y comenzaron a tejer con la dignidad que les caracteriza.

Y en la tierra, en ese momento, y solo por unos segundos, miles y miles de corazones ansiosos, alzaron la mirada al cielo. Y en el mismísimo núcleo de su ser, paralizados por el amor más puro e intenso, sintieron con un gran sobresalto, la fusión de un cordón plateado, que selló sus destinos para siempre.

JUDGES COMMENTS:
Spanish Category:
Winner: Mark Montovio with El cordón plateado. Plato is credited with having invented the myth of the ante-natal existence of souls destined to be embodied in a human person. Our story, however, seems to take place in a Christian heaven where ‘aquel a quien muchos llamaban Dios’ calls a meeting to address the souls next in line for birth. The process is described in some detail-the incarnation in the uterus, gestation, the risk of abortion, the forging of ties with parents, even surrogate birth.
The angels are entrusted with the sacred task of unravelling silver cords which will connect individual souls with prospective parents. Sexual tolerance and inclusivity prevail in this heaven: soul can select their parents: heterosexual couples, two gay men, two lesbian women, or a single parent.
Love is the basis for a good parent-child relationship and all parents will be aware they have made the correct choice.
The story ends with a vision, only captured in some early Renaissance paintings (Fra Angelico comes to mind), of the congregated hosts of heaven gathered around the godhead, a vision which represents the Christian version of eternity. The ‘cordón plateado’ is a poetic version of the umbilical cord. The author has transformed what is essentially a classical Greek myth into a Christian story. Well done!

Spanish Language Runner-Up

Brian Gordon

‘El Comité

Era de mañana y casi medio dia cuando Francisco, 'El Kiko', terminaba su reparto. Como buen chico de recados hacía su trabajo con esmero recorriendo las calles de Gibraltar. Estaba muy contento con su empleo y sueldo, viviendo con su padre viudo que poco lo veía. Siendo huerfano de madre con tan solo diez anos, su padre, era marino mercante y siempre estaba embarcado.

Kiko fue mandado a llamar desde la oficina del 'Comité' esa misma mañana, querian una entrega algo especial y delicada; como tan solo el podía llevar a cabo. Era un recado algo diferente, ya que el asunto era al otro lado, cruzando la frontera. Elegido por su cualidad de contrabandista previo de pie y carrera - era el hombre ideal. La necesidad, vida dura y su difunta madre, lo habian moldado en un verdadero hombre hecho y derecho desde muy jovencito. Si, el era uno de los mejores en ese oficio de correr por las arenas, llevando estrasperlo y demas. Le encantaba esa dulce adrenalina que hacía correr su sangre. Ese fuerte latir de su corazón que sentia en sus oídos y ese frio sudor que le erizaba la piel. El Comité sabía la destreza de Kiko, ya que el recado era de suma importancia. Su vida pudiera estar comprometida y en peligro, dado el contenido del pequeno fardo - en un macuto - que hubiera de portar esa misma noche hacia el otro lado.

A la tarde se presentó en la oficina del Comité donde un hombre elegante y de grandes bigotes habló con el. 'Lo que llevarás es de suma importancia, vidas inocentes dependen de la entrega. El Comité te estara eternamente agradecido por tu valentía,' dijo muy serio el caballero entregandole el macuto. Kiko sin hacer preguntas ni mas se marcho. El macuto pesaba muy poco pero hacía algo de volumen. Dentro se encontraba el pequeño fardo, muy bien envuelto en lona encerada. Con una nota escrita a mano diciendo: "Taberna de la playa - Jacinta" Todo quedaba explicado. Con su respeto y ciega confianza en el Comité, intuía que todo era para una buena causa - dependían en el!

Durante la tarde y en su casa, Kiko, se fue preparando para la noche. 'Otro chapuzito más,' se dijo a si mismo, como tantos en el pasado había hecho. Tabaco de picadura en cuarterones, medias de nylon, penicilina y mucho más había acarreado y correteado por las playas de Levante. Pero este pequeño fardo era diferente; la diferencia de ser llevado a presidio o costarle la vida a tiros de fusil. Todo tenía que salir bien, contaba con su buena suerte. Se preparó sus alpargatas de esparto, su chaqueta negra y su petaquita de whisky; para hecharle valor a la cosa cuando escondido. Calmando sus nervios se tumbó en su cama a dormir, para luego estar lo mas lucido e espabilado posible. Esta entrega no podía fallar, el Comite contaba con el y no los podia defraudar. Pensando largo en todo esto quedo dormido, respirando profundamente.

Kiko se puso en camino hacia la playa de Levante poco despues de haber despertado, era ya pasada la media noche cuando llegó junto a una cuadra. Allí se preparo armandose de valor, y muy despacio, anduvo hacia la orilla, la arena estaria mas densa allí por si tuviera que correr. Caminó junto al mar en calma, en silencio, se detuvo de vez en cuando para observar y escuchar; asegurandose que todo estuviera claro. Eran tiempos de guerra y la frontera estaba muy vigilada en ambos lados.

La noche oscura y sin luna era perfecta para el propósito que estaba por emprender. Después de esperar unos minutos junto a la primera valla la saltó como un gato, sin hacer ruido y muy sigiliosamente caminó por la playa militar. Policías militares con perros patrullaban esa playa, había que tener vista larga y mucho cuidado; parándose, agachándose y escuchando - todo claro! No había razón para correr pero a Kiko el corazón le latía fuertemente cuando alcanzó la reja del otro lado. Se trató de tranquilizar bebiendo unos tragos de whisky para entrar en calor y envalentonarse. Era desde aquí donde el peligro mas serio acechaba. En esta misma reja era donde siempre hacía sus entregas, pero no en aquella noche; había que saltarla y adentrarse hacia el otro lado. Se aseguró que no hubiera nadie y echándose el macuto bien atras, trepó y saltó, como sombra negra fantasmal.

Se quedó muy quieto y acurrucado pegado a la base de piedra de la reja. La garita del Carabinero se encontraba a unos cien metros, y playa mas arriba, muy cerca de la carretera. Con suerte el Carabinero pudiese estar dormido, Kiko pensó. Se armo de valor, se levantó y lentamente encorvado se dirigió tierra adentro a lo largo de la orilla. Sin quitar ojo a la garita, Kiko se deslizó como una pantera negra hasta estar fuera de vista y comenzo a correr sin parar hacia las chabolas de los pescadores.

Sudando y desalentado Kiko encontró la taberna de pescadores. Una cálida luz y murmullo de voces salía por la puerta y ventanas. Caminó despacio hacia el mostrador donde le atendió el tabernero y Kiko, casi sin aliento, preguntó por Jacinta como la nota escrita decía. El tabernero lo guió hacia la trastienda donde cuatro mujeres lo esperaban allí. 'Tu eres Kiko muchacho?' preguntó una de las mujeres - la que mas mando tenía entre ellas. El asintiendo con la cabeza y quitandose el macuto; Jacinta lo tomo en sus manos. Sacando una navaja detras del cinto de su falda, corto las ásperas costuras del fardo, a cual todo compresado salió; billetes de dinero, medicinas y hojas de propaganda de "EL SOCORRO ROJO", en letras muy llamativas. 'Has sido muy valiente muchacho, a muchos aliviarás de necesidad y escasez. El Comité del 'Socorro Rojo' te lo premiará,' dijo Jacinta mirandolo muy fijamente, mientras todas salían por la puerta.

JUDGES COMMENTS:

Runner-up: Brian Gordon with El Comité. Frontier towns are notorious for their smuggling, black market deals and illicit trading. Our story concentrates on the activities of Francisco, popularly known as ‘El Kiko’, especially on one delivery he is entrusted to make by the committee. El Kiko is an expert smuggler, a veteran who knows how to cross the frontier and elude guards, police and dogs. Though he is not told the contents of the back pack in his care, he resolutely obeys orders, even though he knows capture could mean arrest, summary trial and execution.
The writer makes El Kiko into an attractive character: he lost his mother when he was ten, his father is in the merchant navy, and the boy has fallen on hard times. The narrative stresses his struggle to survive and to a certain extent we suspend our judgment of this intrepid young lad.
The whole adventure is expertly recounted and we respond to the sense of danger and suspense. When we learn the contents of the rucksack we are reconciled to the illicit activity. The pack is full of much-needed medicine and pamphlets, which seem to propagate communist ideals in what must have been at the time fascist Spain.
This story has all the ingredients of a swashbuckling tale: secrecy, darkness, danger from many quarters, and an uncertain denouement. Excellent in many ways.

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