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Autumn Festival Poetry Competition 2021 Overall Winner 'Inkululeko' by Mark Montovio

¡Inkululeko! grita la tierra. ¡Inkululeko!
Como la alegre golondrina, tan ansiada y bienvenida,
que huye del frio, año tras año,
compartiendo su mensaje de alborozo cada atardecer.
¡Inkululeko! ¡Inkululeko! grita cuando su hogar le dice,
¡Vete! ¡Corre lejos de aquí ya!

Y así mismo, errantes desesperados, buscan el calor de la oportunidad,
con fuego bajo los pies, y sangre incandescente corriendo por las venas.
Paso a paso a pasito, con cantaros y hatillos a la espalda,
que cuanto más vacíos, más pesados,
se arrastran por el desierto, y cruzan océanos hacia horizontes tenebrosos.

¿Quién pasa días y noches en el estómago de un camión, como Jonás en la ballena?
¿Quién destroza sus manos agarrado a hierros ardientes?
¿Quién se lanza al mar porque es más seguro que la tierra?
¿Quién se alimenta de hojas de periódico de ayer si el mañana no promete?
¿Quién quiere ser protagonista del titular, ‘Cuerpo hallado en orillas prohibidas’?

Peregrinos con zapatos hambrientos, sin rumbo, aterrados,
inventando un camino, pero con meta cierta en mente.
Inkululeko, susurra la tierra. Inkululeko
¡Vete! ¡Vete ya! ¡Que jamás volverás!

Al final, ni libres, ni bienvenidos, oliendo a olvido y a destierro,
con rostros extenuados y miradas confusas que ni se atreven a implorar,
miran a los ojos del guardián de la puerta, tragándose el orgullo,
agarrándose a la agria bienvenida que les regala la manta,
que por un momento, los cobija y amamanta, y es su primer consuelo.
Fugitivos de una vida imposible, de una vida a medias, por haber nacido lejos,
en un país cuyo nombre siempre duele recordar.

Pero bien como la falsa moneda, el hambre no muere nunca.
De mano en mano vive, cambiando de amo con destreza innata y furtiva,
ayudando a esos que dividieron, mataron, robaron, mintieron,
y vendieron los sueños creando barreras que aun dicen:
Dime de dónde vienes y te diré quién eres.

Así sigue vigente la gran realidad que pregonó el ilustre Machado en su día.
‘¡Envuelta en sus harapos, desprecia cuanto ignora!’,
Y con un llanto aun no llorado, que pesa en sus corazones,
renaciendo en las mejillas como rocío mañanero, nos hace recordar,
que cada cual fue un niño, y ahora una persona con su historia,
y un futuro que los llama.

¡Inkululeko! ¡Inkululeko! grita el hombre cuando su hogar le dice,
¡Vete! ¡Huye lejos de aquí y hazlo ya! ¡Inkululeko!

Judge Charlie Durante’s comments:

“This is a major poem on exile, immigration, even slavery. It re-creates in harrowing detail, the manifold suffering of those who are displaced, the homeless, and asylum seekers. We are lured into a deceptively attractive world, beginning with the ‘golondrinas’ migrating to warmer climes, but their human counterparts are ‘errantes desesperados,’ traipsing along burning sands, and crossing dangerous seas. The third verse provides a stark picture of the immigrants trying to avoid being detected by border guards: significantly, the prophet Jonah is mentioned, but will they emerge triumphant as he did?

All the time, a strange word, the call of home, a warning to leave while there is time, Inkululeko, rings out ominously or encouragingly. Arrival is no guarantee of safety or survival. The reception is an ‘agria bienvenida;’ the newcomers are tossed a blanket, given some shelter and fed. But the gnawing hunger continues, the sense of humiliation, displacement, loss of identity, is ever present.

Mark pointedly applies Machado’s ‘envuelta en harapos,’ (originally describing the sorry state of Castilla) to the parlous state of the immigrants. Mark has written a major indictment of the way the West has mishandled the immigration crisis. The writing is confident, mature; the poem is firmly structured and the plight of the immigrants is graphically conveyed in some startling images: cuerpo hallado en orillas prohibidas,’ ‘zapatos hambrientos.’ And all the time the strange call Inkululeko vibrates in our ears. A very worthy winner indeed!”